Desde afuera.
El Blog de Santiago Daniele.
Thursday, June 13, 2019
Thursday, May 18, 2017
Posverdades
Posverdades
La palabrita la “inventó” en 1992 Steve Tesich, un
dramaturgo serbio-estadounidense que escribía sobre el escándalo Watergate, la
guerra Irán-Contras y la Guerra del Golfo.
Frente a una realidad tan abrumadora, dijo, “queremos
vivir en un mundo de post verdad”.
“Post true”, la Post verdad o posverdad, entró luego en
el léxico político para referir una mirada distinta de ciertos hechos.
La clásica es un político quejándose del tratamiento
que le da la prensa.
Donald Trump lloró toda la campaña por lo que
consideraba un comportamiento “deshonesto” de los medios hacia él.
Ya como presidente, se enredó en una polémica chiquita
y estéril sobre la cantidad de gente que había asistido a su asunción.
Él decía que había sido un récord histórico.
Las fotografías aéreas lo ponían indiscutiblemente
detrás de Obama.
La subjefa de Prensa de Trump, Kellyanne Conway, en un
episodio que será histórico, dijo entonces que el presidente no mentía: solo
exponía una “realidad alternativa”.
¿Esa construcción retórica, esa “realidad alternativa”,
obedece a una convicción íntima o a la creencia de que la gente es tan estúpida
que absorbe cualquier “relato” mentiroso?
Debe haber un poco de cada cosa.
En el caso de Trump es ya una paranoia.
Las cosas solo pueden ser como YO creo que deben ser.
Si la realidad se desvía de ese rumbo, es legítimo
hacer lo que sea necesario para corregirla.
En última instancia, y si no queda otra, me acomodo yo
a lo que no puedo cambiar.
Así ha venido gobernando Trump.
Prometió el muro, criticó a la OTAN, prohibió el
ingreso de musulmanes, amenazó a China… y siguen las firmas.
En todos los casos la realidad lo obligó a darse
vuelta como viento de otoño.
El último acto fue el despido del director del FBI,
que investigaba la relación del espionaje ruso con altos jefes de su campaña
política.
Cuando los “Putin’s boys” filtraron los e-mails de Hillary,
Trump se subió a la ola crítica y le pidió a Moscú que siguiera investigando.
O sea: un candidato presidencial pidiéndole a una
potencia extranjera que hiciera una investigación interna en EE.UU.
Un disparate total.
Ahora que los agentes federales descubrieron que los
espías rusos también operaron aliados a sus propios ejecutivos de campaña… Trump
despidió al director del FBI.
Esta semana se supo que cuando recibió al ministro de relaciones
exteriores y al embajador rusos les reveló secretos de inteligencia hasta
entonces celosamente custodiados.
Él dijo que tenía la libertad de hacerlo. No importa
si para el país es bueno o malo.
Así de espasmódica y estrafalaria es la gestión Trump.
Sea por convicción o perversión, creerse la propia
mentira, tarde o temprano es una bomba que explota en las manos.
Su egocéntrica construcción intelectual lo saca de eje
todos los días por imperio de la realidad y de sus propias acciones. Nadie sabe
con qué va a salir mañana.
Desde el comienzo fue el presidente con peor imagen en
la historia de EE.UU.
Ganó porque sedujo a un electorado pobre e inculto de
los EE. UU. profundo; los de adentro; los que saben y sienten que el sueño
americano está muerto (para ellos, por lo menos).
Les prometió una “América grande otra vez”, pero nadie
sabía cómo lo iba a hacer.
Ahora parece que él tampoco sabe.
Antes de que asumiera me atreví a decir que no iba a
completar su mandato.
Lleva 4 meses en el poder y ya se habla de un Impeachment (juicio político) para
sacarlo del cargo.
Ya hay una página web promoviendo la iniciativa:
El diario Financial Times de Londres dijo esta mañana
que sus errores ponen en riesgo la continuidad institucional de EE.UU.
En otras palabras, debe ser destituido.
Segundos afuera.
La pelea ha comenzado.
Santiago Daniele
Periodista y
abuelo.
Wednesday, March 1, 2017
Sensaciones
Sensaciones
Hechos y dichos.
Palabras y gestos.
Acciones y reacciones.
Marshall McLuhan, el prestigioso pensador canadiense, decía
que “El medio es el mensaje” y explicaba que uno puede decir algo de tal manera
que se interprete de otra forma.
El primer discurso del Presidente Donald Trump al
Congreso fue generoso en ambas bandas: en palabras y gestos.
En general, bajó el tono de confrontación y llamóؚ a
terminar con las peleas triviales, pero se refirió al Obamacare con términos
casi insolentes.
Insistió con el siempre conmovedor y efectivo llamado
a recuperar el espíritu y la grandeza americanos.
Convocó a reconstruir la infraestructura y el poderío
militar americano, pero no dijo cómo piensa hacerlo.
Ratificó su política comercial proteccionista pero no
dio detalles de cómo competirá en un mundo abierto.
Fue una mezcla contradictoria de recetas liberales,
conservadoras y populistas. Todo junto.
Generó por ello, reacciones totalmente opuestas.
ACLU, La Asociación por los derechos civiles, dijo que
Trump sigue divorciado de la realidad.
Algunos periodistas, en cambio, sostienen que esta
noche “se recibió de presidente”
Con todo, no le fue mal: según una encuesta inmediata
de la CNN, el 78% aprobó el mensaje y le aumentó en parte su optimismo.
El momento más emotivo de la noche fue cuando el
presidente rindió homenaje al infante de marina William “Ryan” Owens, que
perdió la vida en un ataque comando en Yemen. Su bella y joven viuda presente
allí no paraba de llorar mientras todos aplaudían de pie.
Más allá del sentido y merecido homenaje, a los
americanos les encantan estas cosas.
Fueron fácilmente perceptibles, sin embargo, los
gestos de los congresistas ante cada definición de Trump. La mitad republicana
aplaudía todo, y la mitad demócrata casi nada.
Las representantes de la oposición vestían de blanco y
portaban moños azules que identifica a la ACLU, para que su discrepancia fuera
bien visible.
Cuando terminó el discurso, los demócratas salieron
presurosos del recinto, sin aplaudir ni saludar.
Confieso que nunca vi algo semejante en los 17 años
que llevo en este país.
La komparación es inevitable. Kasi Kompulsiva.
Estados Unidos ya tiene su propia grieta.
La parte más dura del mensaje fue la ratificación de
su política inmigratoria.
Anunció la creación de una agencia federal para
asistir a las víctimas de la violencia y el delito de los inmigrantes.
Desconcierta, sin embargo, que Trump haya suspendido horas
antes de su discurso la firma de un decreto, que aquí se llama “orden ejecutiva”,
avanzando sobre los inmigrantes.
Fuentes de la Casa Blanca insinuaron que podría estar
en consideración una ley amplia para resolver el status legal de millones de
indocumentados que viven dentro de la ley.
Trump no mencionó el tema en su discurso.
Esa salida consensuada y compensatoria le daría al
gobierno el aire necesario para avanzar sobre los inmigrantes asociados al
delito, que no son pocos.
Mientras tanto, la dureza inicial sigue vigente en los
aeropuertos.
Una vecina chilena nos contó hoy que dos amigas de
ella, argentina y venezolana respectivamente, padecieron demoras de 12 horas en
el famoso cuartito del aeropuerto de Miami, a donde son llevados algunos
viajeros mientras averiguan sus antecedentes.
Ambas son residentes legales y permanentes en EE.UU. y
casi no entran.
Como el oficial de inmigración tiene potestad absoluta
sobre el destino de los viajeros, cada regreso depende del humor con que el
agente se haya levantado esa mañana.
El mensaje de Trump de esta noche va a tener mucha
repercusión en los países que están directamente afectados por la política
comercial de la primera potencia económica mundial, pero también en los que
miran con preocupación cómo se está redefiniendo el tablero mundial y el concepto
de democracia y libertad.
Como dijo el sabio filósofo griego Durán Barba:
“Más que los hechos, en política importan las
sensaciones.”
Santiago Daniele
periodista y abuelo
Friday, February 17, 2017
Nubarrones
Nubarrones
Hasta ahora son todos goles en contra.
27 días de gobierno y viene perdiendo 27 a 0.
La justicia rechazó en dos instancias, su decreto
sobre la inmigración de los musulmanes.
A Donald Trump le quedaba la Corte Suprema, pero
desistió de apelar porque no estaba seguro de poder ganar. Todo lo contrario.
Tuvo que retroceder con China cuando intentó acercarse
a Taiwán, la “otra China”.
Lo visitó el Primer Ministro de Israel y tuvo que
cambiar su posición sobre el conflicto entre israelíes y palestinos.
En el Congreso cuesta encontrar alguien que lo respalde. Ya le bocharon varios ministros, algunos en posiciones claves. Otros directamente rechazaron la oferta presidencial para integrar el gabinete.
La caída de Michael Flynn, asesor de seguridad nacional
y de gran influencia sobre Trump, creó la primera crisis de gabinete a menos de
un mes de haber asumido.
Su popularidad y el índice de aprobación de su gestión
caen en picada.
El “Día sin inmigrantes”, la protesta de ayer con
cierre de comercios y abstinencia de compras, hizo mucho ruido.
Le pega incluso en su propio bolsillo.
Las ventas de las líneas de ropa y accesorios que
llevan su nombre y el de su hija Ivanka bajaron hasta un 70% y grandes cadenas
de tiendas se niegan a venderlos.
Y lo más insólito: 35 siquiatras cuestionan su
estabilidad mental y emocional para conducir el país.
¿Cuál es la reacción de “Krump”?
La Kulpa es
de los medios, ke mienten, ke no lo valoran, ke son mercenarios. Recibió un país en ruinas y pretende refundarlo,
pero todos konspiran. Argumento Konocido.
Ayer, en la conferencia de prensa, el presidente ocupó
más tiempo en criticar a los medios y discutir con los periodistas, que
defendiendo su acción de gobierno.
CNN esta mañana lo ubicó “de regreso a la campaña”.
Trump parece un taxista perdido que quiere encontrar el
camino de salida probando con un giro en cada esquina.
Lo grave es que tanta marcha y contramarcha va
erosionando su poder y queda más debilitado.
Muchos nubarrones y el pronóstico indica lluvia.
Santiago Daniele
Periodista y abuelo.
Thursday, February 2, 2017
Radicales
Radicales
Pareció
algo exagerado, pero esa sensación está mutando rápidamente.
Mikhail
Gorbachev, el hombre que decretó el final de la Unión Soviética, publicó un
documento en la revista Time alertando sobre una peligrosa marcha global hacia
una posible nueva guerra.
Señaló el
creciente armamentismo y la actitud poco conciliadora, casi radical, de los
líderes mundiales.
Donald
Trump está empoderando, como se dice ahora, a posibles enemigos, para que no le
falten.
¿Si es con
China, será una guerra sólo comercial?
¿Podrá ser
con Rusia, por su descarada ambición expansionista, como se vio en Krimea?
¿O será con
Irán con quien juguemos a los soldaditos usando armas nucleares?
Mike Flynn, actual asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, lanzó ayer una “advertencia
oficial” al gobierno de Teherán.
Si todo
esto falla, todavía nos quedan North Korea, el Isis, y eventualmente, una
marcha atrás en el restablecimiento de relaciones con Cuba, cristalizado por
Obama el año pasado.
Steve
Bannon, el principal estratega de Trump, declaró hace 9 meses, cuando estaba en
el llano, que EE. UU. estará en guerra dentro de los próximos 10 años con el
gigante asiático por la soberanía en las estratégicas islas del Mar de la
China.
Al mismo
tiempo EE UU, dijo, estará involucrado en otra guerra en Medio Oriente.
¿Seguirá
pensando igual?
Los
fabricantes de armas y algunos militares norteamericanos ya están lustrando los
trabucos y pintándose la cara.
Además, la
Casa Blanca quiere retirarse la OTAN porque cuesta mucho y ayuda poco.
Peor aún: Trump
dice que no sirve para nada.
Los logros
de este gobierno en sólo 10 días son indiscutibles.
Lo más
preocupante es que son todas acciones coherentes con el estilo personalista,
caprichoso y desenfrenado de Donald Trump.
Desde que
asumió, se ha propuesto ignorar al establishment de Washington, gobernando
según sus humores y ocurrencias.
Es cierto
que la burocracia es frecuentemente una máquina de impedir, pero tampoco se
puede gobernar como capanga paraguayo, sin consultar ni escuchar.
La semana
pasada les remitió a dos de sus ministros, que aquí se llaman secretarios,
sendos proyectos de leyes, a las 8:40 de la mañana, vía WhatsApp, y quería el dictamen para las 10 de la mañana.
¡Una hora y
media para producir un dictamen jurídico-económico de una ley!
La fiscal
general de la Nación dijo el sábado pasado por la mañana que en su opinión la
ley que impone restricciones a la inmigración es inconstitucional.
A la tarde
la despidió y a las 9 de la noche juró su reemplazante.
Ese mismo
sábado, también por la mañana, Trump habló con el Primer Ministro de Australia,
un aliado incondicional.
Terminó a
los gritos y colgándole el teléfono.
Son
episodios que tienen importancia relativa, pero todos juntos son más que
indicios.
Revelan una
dirección en el manejo de los asuntos de estado preocupante, cuanto menos.
Ese es el
hombre que tiene en un maletín los códigos del armamento nuclear de la primera
potencia mundial.
La mejor
síntesis sigue siendo lo que dijo Madonna:
“¿Cómo
pudimos caer tan bajo?”
Santiago Daniele
periodista y abuelo
Sunday, January 15, 2017
Enigmas
Enigmas
El siglo veintiuno está mostrando su primera gran
marca en la historia de la humanidad: la globalización resultó tan inevitable
como fracasada.
No achicó las diferencias entre ricos y pobres. Las
agrandó.
Comienza a perfilarse un nuevo escenario en este ajedrez
mundial, donde los grandes protagonistas mueven sus piezas mientras se miran
con recelo.
El próximo viernes 20 habrá algo nuevo, pero nadie sabe
qué será.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de la
nación más poderosa de la tierra es una incógnita total.
La
incertidumbre se convierte en temor.
Hay algunos indicios, pero nunca se sabe para dónde va
a salir el rubio buscapié.
Ha elegido como secretario de estado, el poderoso
cuarto lugar en la línea de sucesión, a Rex Tillerson, Presidente y CEO de la
petrolera ExxonMobil, empresa con millonarios contratos de exploración en
Rusia.
Quedó en el camino para ese puesto nada menos que
Rudolph Giuliani, el ex poderoso alcalde de New York.
Trump ya amenazó a Ford, General Motors y Toyota, empresas
con planes de llevar algunas de sus plantas de producción a México.
Les dijo que si se van les aplicará escandalosos
aranceles a la importación de sus vehículos a EE. UU.
¿El próximo enemigo es China?
Una guerra comercial entre los dos gigantes podría
dejar catastróficas secuelas en todo el mundo.
Colatteral damage (daños colaterales) de la
globalización.
El temor se
convierte en pánico.
Sigue con la promesa de construir el muro en la
frontera con México, para evitar que los ilegales, a los que él llamó asesinos
y narcotraficantes, dejen de entrar al país para quitarle el trabajo a los
estadounidenses.
Eso implica una contradicción obvia: si el muro trae
prosperidad a EE. UU. y pobreza y desocupación a México, habrá más mexicanos
queriendo entrar.
El muro costará una fortuna.
Los desesperados solo
tendrán que usar una escalera.
¿Hasta dónde llegará la mano dura? ¿Los agentes de
inmigración abrirán fuego contra los que intenten cruzar la frontera, como
hacían los comunistas con quienes cruzaban el muro de Berlín?
La política exterior de Trump se insinúa peligrosa.
El Secretario de defensa elegido, “El perro loco”
James Mattis es un general retirado de los Marines que sirvió en Irak y Afganistán.
Esa secretaría siempre la ocupó un civil.
Los militares solo quieren pelear y resolverlo todo
por la fuerza.
Los subterráneos y entrecruzados vericuetos de la
política internacional definirán la suerte de las fuerzas norteamericanas en el
mundo.
Y la suerte del mundo con las tropas americanas.
Parece inevitable una nueva guerra fría entre EE. UU., Rusia y China.
Siempre queda la esperanza de que el Congreso le ponga límites a tanto extravío.
Pero ya nada será igual. Tal vez sea peor.
Donald Trump ya se peleó con las automotrices, las
minorías, la prensa, México, China y buena parte del establishment americano… y
todavía no asumió.
Esta incertidumbre no se vivió nunca y la gente está
realmente muy asustada.
Una ilusión pequeñita y descabellada se asoma.
¿Por qué Donald Trump quiso ser presidente?
Nunca tuvo vocación política.
Para hacer negocios fabulosos no necesitaba llegar hasta la Casa
Blanca.
Solo parece ser una cuestión relativa a su patológica vanidad
y un capricho personal.
Sus prioridades podrían ser pintar de dorado el Salón
Oval de la Casa Blanca y sacar un billete de 20 dólares con su propia cara.
Ojalá.
Si es así, cuando se aburra se irá.
Santiago Daniele
periodista y abuelo.
Friday, July 29, 2016
Billones
Billones
Terminó el show.
Las multitudes los aclamaron como a rock stars.
Las convenciones partidarias de republicanos y
demócratas son mucho más que un acto formal y legal de consagración de un
candidato a ocupar la Casa Blanca.
Son 4 días de una puesta impresionante con todo el
cotillón tricolor.
15 a 20 mil personas en grandes estadios con un
escenario al que se suben políticos (los actuales, los anteriores y los que
vienen desde abajo), artistas militantes, pastores, veteranos y familiares de
los caídos en combate, con lágrimas legítimas y sentidas que otros quien
traducir en votos.
Americanos blancos y negros, latinos, indígenas,
musulmanes y amarillos. Que nadie quede afuera porque todo suma.
La batalla es ahora a sangre y fuego. Comienza la locura
de actos, viajes, hoteles aviones, publicidad.
Una maquinaria aceitada e incansable trabaja día y
noche hasta que llegue el momento de alcanzar la gloria o la frustración.
El aparato electoral de Hillary tiene 684 empleados pagos
y miles de voluntarios. El de Trump solo 70 rentados más los voluntarios; pocos
y desorganizados.
Quién paga todo eso?
Los presupuestos de campaña llegan a cifras difíciles
de escribir.
Hasta abril pasado, fecha de presentación de los
últimos balances, el gasto total de todos los candidatos que participaron en
ambas internas superó los Mil Millones de dólares. (Si. Mil millones.).
Hillary lleva recaudadas donaciones por casi 700
millones de dólares.
Trump alcanzó solo los 70 millones, de los cuales 55
millones son un auto préstamo. Ahora que es candidato, espera que los
empresarios le abran los grifos.
El record de recaudación por candidato en una sola
elección lo tiene Barak Obama, con 1.027 millones de dólares en 2012.
La mitad de esa cifra provino de pequeñas cifras
aportadas por los votantes a través de internet.
Los candidatos siempre agradecen a los humildes donantes
que hicieron un enorme esfuerzo para entregar unos pocos dólares. Ahora no
exageran. El bombardeo de correos electrónicos pidiendo dinero llega al
hartazgo.
Las bases de datos cotizan en oro.
Uno de los grandes objetivos de la campaña de Hillary
era obtener el apoyo expreso de Obama, pero sobre todo acceder a su
impresionante lista de contactos electrónicos.
Las leyes sobre financiación de elecciones tienen tantas
limitaciones como vericuetos para esquivarlas.
Los PAC (Comités de acción política) son grupos
paralelos que se encargan de promocionar al candidato, pero también de las
campañas sucias de descrédito de los adversarios, ya que no están sometidos a
los rigurosos controles gubernamentales que tienen los partidos.
Ideal para obtener y canalizar “fondos oscuros”.
Con cada elección reaparece otra discusión: el uso de
fondos públicos para las campañas, sobre todo del avión presidencial.
La ley es tan puntillosa que indica que, si durante un
vuelo oficial el presidente tiene una reunión por temas partidarios a bordo del
avión, esos minutos deben ser facturados al partido.
Todo “muy americano” para asegurar la mayor exposición
posible para que el mensaje llegue.
Después dependerá del candidato si convence o no.
Forma y contenido. Frases rimbombantes que buscan
capturar la atención periodística de los medios y los votantes.
Esta semana, el mismo día, casi a la misma hora, Hillary
prometió continuar con el Obamacare, el seguro médico económico para los más
pobres. Trump pidió a Rusia que haga espionaje sobre Hillary.
Todo vale, pero algunos se van al pasto.
Santiago Daniele
Periodista y abuelo.
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