Billones
Terminó el show.
Las multitudes los aclamaron como a rock stars.
Las convenciones partidarias de republicanos y
demócratas son mucho más que un acto formal y legal de consagración de un
candidato a ocupar la Casa Blanca.
Son 4 días de una puesta impresionante con todo el
cotillón tricolor.
15 a 20 mil personas en grandes estadios con un
escenario al que se suben políticos (los actuales, los anteriores y los que
vienen desde abajo), artistas militantes, pastores, veteranos y familiares de
los caídos en combate, con lágrimas legítimas y sentidas que otros quien
traducir en votos.
Americanos blancos y negros, latinos, indígenas,
musulmanes y amarillos. Que nadie quede afuera porque todo suma.
La batalla es ahora a sangre y fuego. Comienza la locura
de actos, viajes, hoteles aviones, publicidad.
Una maquinaria aceitada e incansable trabaja día y
noche hasta que llegue el momento de alcanzar la gloria o la frustración.
El aparato electoral de Hillary tiene 684 empleados pagos
y miles de voluntarios. El de Trump solo 70 rentados más los voluntarios; pocos
y desorganizados.
Quién paga todo eso?
Los presupuestos de campaña llegan a cifras difíciles
de escribir.
Hasta abril pasado, fecha de presentación de los
últimos balances, el gasto total de todos los candidatos que participaron en
ambas internas superó los Mil Millones de dólares. (Si. Mil millones.).
Hillary lleva recaudadas donaciones por casi 700
millones de dólares.
Trump alcanzó solo los 70 millones, de los cuales 55
millones son un auto préstamo. Ahora que es candidato, espera que los
empresarios le abran los grifos.
El record de recaudación por candidato en una sola
elección lo tiene Barak Obama, con 1.027 millones de dólares en 2012.
La mitad de esa cifra provino de pequeñas cifras
aportadas por los votantes a través de internet.
Los candidatos siempre agradecen a los humildes donantes
que hicieron un enorme esfuerzo para entregar unos pocos dólares. Ahora no
exageran. El bombardeo de correos electrónicos pidiendo dinero llega al
hartazgo.
Las bases de datos cotizan en oro.
Uno de los grandes objetivos de la campaña de Hillary
era obtener el apoyo expreso de Obama, pero sobre todo acceder a su
impresionante lista de contactos electrónicos.
Las leyes sobre financiación de elecciones tienen tantas
limitaciones como vericuetos para esquivarlas.
Los PAC (Comités de acción política) son grupos
paralelos que se encargan de promocionar al candidato, pero también de las
campañas sucias de descrédito de los adversarios, ya que no están sometidos a
los rigurosos controles gubernamentales que tienen los partidos.
Ideal para obtener y canalizar “fondos oscuros”.
Con cada elección reaparece otra discusión: el uso de
fondos públicos para las campañas, sobre todo del avión presidencial.
La ley es tan puntillosa que indica que, si durante un
vuelo oficial el presidente tiene una reunión por temas partidarios a bordo del
avión, esos minutos deben ser facturados al partido.
Todo “muy americano” para asegurar la mayor exposición
posible para que el mensaje llegue.
Después dependerá del candidato si convence o no.
Forma y contenido. Frases rimbombantes que buscan
capturar la atención periodística de los medios y los votantes.
Esta semana, el mismo día, casi a la misma hora, Hillary
prometió continuar con el Obamacare, el seguro médico económico para los más
pobres. Trump pidió a Rusia que haga espionaje sobre Hillary.
Todo vale, pero algunos se van al pasto.
Santiago Daniele
Periodista y abuelo.