Kiosqueros.
Son los
otros grandes responsables del caos republicano de la Argentina de hoy.
Facilitadores
voluntarios de un triunfo K con el 54%, que se viene convirtiendo en una
dictadura que solo concibe el poder de una forma: todo o nada.
Todos los dirigentes politicos opositores se identifican con las grandes masas populares que salieron a la calle autoconvocadas
desde las redes sociales.
El
problema es que las grandes masas no se identifican con ellos.
Aunque
ellos no lo admitan, la opción de noviembre sigue siendo Cristina o la nada.
Habría
que preguntarse si la nada no sería mejor que Cristina.
Por qué
no se arma una propuesta integradora que se levante como alternativa al totalitarismo
K?
Por dos
razones:
Primero:
no hay ningún dirigente con auténticas cualidades de líder convocante.
Segundo:
los actuales referentes políticos siguen privilegiando el negocio propio, la especulación
chiquita, la chicana barata.
Hablan
por televisión y dicen ”son más las coincidencias que las diferencias que
tenemos”, pero siguen yendo a las
elecciones con fórmula propia, arman listas con los más mediáticos, no con los más capaces, porque antes de trabajar por
una auténtica alternativa, prefieren el “sueldo seguro” de la banca que les
permita seguir “actuando” como defensores de la gente.
Mentalidad de kiosquero.
Si a todos los une la aversión por la
dinastía K, tan difícil no debería ser armar un proyecto alternativo.
Cuáles son las diferencias que los separan? El número de la cuenta bancaria.
Podrá argumentarse con razón, que ese “rejunte”
sería poco serio, de patas cortas y futuro incierto.
Es verdad. Pero por lo menos cumpliría con la
consigna histórica de la hora. Marcar el fin de la era K.
Hoy por hoy, la única iniciativa en ese
sentido ha surgido dentro del peronismo:
De la Sota (que merece un análisis
por separado); Macri (gritando que
no lo dejen afuera); De Narváez, aquel que tenía un plan. (Cuál
era el plan?); y Moyano….
La alternativa a Cristina es Moyano?
El último que apague la luz.