Tuesday, December 29, 2015

Prófugos

Prófugos

Algo no cierra en esta historia de los tres narcos que desaparecieron el fin de semana.
Uno de ellos iba a ser papá al día siguiente y ya tenía permiso del juez para asistir al parto.
No hubiera sido más fácil fugarse desde el hospital después de ver a su nueva criatura?
Los familiares de Lanatta ahora temen que los hermanos fugados aparezcan muertos.
Quien querría verlos muertos y silenciados?
Los otros narcos. Obvio.
Los mismos que los ayudaron a escapar?
Si así fuera, porque los tres prófugos aceptaron el convite y volaron?
No sospecharon que afuera corrían riesgo sus vidas?
Si los narcos de afuera los querían muertos a los tres, porque no los mataron en la cárcel?
Si los presos tenían escasa vigilancia y por eso escaparon, también era fácil introducir un sicario que los matara adentro.
Esconderse requiere ahora de recursos y complicidades que no son fáciles de conseguir.
Quien podrá darles ese soporte?
Los narcos. Obvio otra vez.
O sea: los estarían protegiendo los mismos que los necesitan muertos o silenciados.
Raro.
La línea explicativa del gobierno sostiene que los tres prófugos huyeron auxiliados por cómplices externos y tal vez internos también.
No hay cintas de video ni pruebas concretas que soporten la versión de los guardia cárceles.
En este punto, una pregunta resulta medianamente aceptable:
Y si no se fugaron, sino que fueron secuestrados?
Por quienes?
Por otros narcos. Obvio otra vez.
Si aparecen muertos, o nunca más aparecen, los malos habrán logrado su objetivo: acallarlos.
Además, obtener complicidades internas para un homicidio dentro de la cárcel es mucho más difícil que facilitar una fuga, mirando para otro lado.
El parangón con Nisman sería inmediato e incómodo.
Siguiendo ese razonamiento, se puede llegar a dos conclusiones:
Un posible secuestro de los tres condenados no resultaría demasiado alocado.

O yo estoy viendo demasiada televisión.

Santiago Daniele
periodista y abuelo

Thursday, December 3, 2015

Gallinas

Gallinas     

“Una Nación no se puede manejar como una empresa”, dijo Kristina.
“La nación es una empresa, la más grande” le salió al cruce el encuestador Zuleta Puceiro.
Ese parece ser el eje del próximo gran debate nacional.
Eficiencia vs solidaridad.
Innovación vs quietismo.
Marketing vs Política.
Es una discusión tan chiquita que atrasa.
Hay alguien en el mundo que cuestione si los avances de la tecnología y la ciencia son necesarios o perjudican?
Se puede ser eficiente sin llegar del 20 por ciento de desocupación que tuvo Cavallo?
Sí, se puede, en la medida que el crecimiento económico permita ir transfiriendo recursos humanos al sector privado, y el estado haga la reconversión que imperiosamente necesita.
Ejemplo 1: En mi último viaje decidí probar el vuelo de Aerolíneas Argentinas directo Miami- Córdoba. Bastante bien, a  pesar de que el avión no era nuevo. Solo maquillado.
Lo que me sorprendió fue el regreso.
Mientras hacía fila para llegar al mostrador, un  joven me interrogó con las conocidas preguntas de seguridad: hizo Ud. la valija? Alguien le dio algo para llevar? Dejó la valija sola después que la armó?
En fin, lo de siempre.
Lo insólito fue que cinco metros más adelante en la fila, otro joven me preguntó lo mismo, y al llegar al primer lugar de la línea una chica me hizo las mismas preguntas. Las mismas. Tres veces.
Todos con impecables uniformes de Aerolíneas.
Podría habérmelo preguntado la empleada del mostrador.
No les pregunté si pertenecían a alguna agrupación política. No hacía falta.
Ejemplo 2: Durante décadas escuché las quejas de los jubilados que tenían que ir a la comisaria a buscar un certificado de supervivencia para que los familiares puedan cobrar sus haberes mensuales. No sé si todavía sigue siendo así.
Como se resuelve eso en un país moderno y organizado?
Fácil.
Cuándo se muere el abuelito, nadie lo sepulta en el patio. Hay que pedir un certificado de defunción para poder disponer de los restos.
Cruzando la base de datos del Registro Civil con la del ANSES automáticamente se sabe si el nono vive o no.
Así de simple.
Claro.  Para eso, es necesario que no se “caiga el sistema”, y que los empleados estén capacitados para manejarlo y no tengan crisis de abstinencia de criollitos a las 11 de la mañana.
El problema es que si se aplica la calidad informática en el estado, en todos sus niveles, la mitad de los empleados públicos está de más.
Ahí es donde el sistema político deber armonizar la eficiencia productiva con la necesidad social.
El exceso en el asistencialismo llevó a la Argentina al lugar donde está. Tampoco hay que dejar todo en manos del mercado.
No es cierto que la libre oferta y demanda lo resuelve todo.
Aquí estará el gran desafío para el nuevo presidente.
Ayudar y exigir.
Promover y controlar.
Lo contrario sería, como decía Raúl Alfonsín, “el zorro libre en el gallinero libre”

Santiago Daniele

Periodista y abuelo.