Saturday, November 9, 2013

Sorry.

Sorry.
La Grand Central Terminal de New York era un hervidero el lunes a las 3 de la tarde.
Por allí pasan 750 mil personas por día para tomar un tren.
Cruzar un ancho pasillo atravesando esa marea humana casi a la carrera es como cruzar la Avenida Colón a mitad de cuadra a las 11 de la mañana.
Nos sentamos en el Oyster Bar, en el primer subsuelo de la estación, a esa hora inusual para un almuerzo para celebrar, como le había prometido, el cumpleaños de Claudia comiendo ostras.
La mesera muy atenta nos dejó el menú y una lista de vinos que incluía más de 100 variedades y marcas de todo el mundo. Sin exagerar.
Vinos de California, Canadá, Australia, Sudáfrica, Italia… Chile, por supuesto.
Argentina?
No, I’m sorry, dijo la empleada con una sonrisa tímida como pidiendo disculpas.
Ya de regreso al calor de Miami, descubro por accidente un aviso televisivo del Vino Argentino “la bebida nacional”, sobre un tema musical de Fito Káez.
Escarbando en Youtube encuentro que hubo otro aviso anterior, sobre una música de Calamaro.
Son muy buenas piezas, destacando la condición del vino como parte de nuestra identidad nacional: asado, canciones, alegría….cultura.
Qué bueno. Hacen mucha falta incentivos como este para aguzar el fervor popular.
En definitiva, los argentinos solo sentimos orgullo por el ser nacional cuando juega la selección de futbol.
Pero había un datito que me hacía ruido: todos los artistas que participan en esos avisos son gente directamente vinculada al gobierno, a la televisión pública, etc.
Investigo un poquito más y descubro que los avisos pertenecen al Instituto Nacional del Vino, como  parte de la celebración de un nuevo aniversario del decreto K del 2010 que declaró al vino como “la bebida nacional”.
Nuestro vino enorgullece a los argentinos que beben en el mercado doméstico los mismos vinos que exportan, dice el decreto de Kristina, con lo cual se quiere decir que gracias a este gobierno nacional y popular, los argentinos más humildes ya no toman tetrabrik sino vino reserva de 200 dólares la botella.
Qué pena que una buena iniciativa, y necesaria, se bastardee con politiquería sectaria.
Chauvinismo negado y vaciado por el mismo gobierno.
En todos los aviones de Lan que llegan a Chile desde el exterior se difunde un aviso sobre la obligatoriedad de declarar todo tipo de plantas, animales, cultivos o cualquier ser vivo que pueda ser portador de plagas. “No ponga en riesgo el prestigio de los productos chilenos en el mundo, conseguido con tanto esfuerzo” dice el aviso.

Es cierto, conquistar un mercado lleva años.
En la Argentina, el energúmeno de Moreno llegó a prohibir la exportación de quesos para que no aumentara el precio interno.
Cuando vamos a recuperar esos mercados?
Hasta hace unos años (no sé qué pasa actualmente) los vinos mendocinos se vendían a Chile, y luego se exportaban al mundo con marcas chilenas, porque Chile tenía más demanda de la que podía atender.
Mientras el gobierno argentino siga mirándose el ombligo y la economía la maneje Don Korleone Moreno, las camareras del mundo seguirán esbozando un sonrisa y pidiendo disculpas: “Argentinean wine? No, I’m sorry”.


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