Gallinas
“Una
Nación no se puede manejar como una empresa”, dijo Kristina.
“La
nación es una empresa, la más grande” le salió al cruce el encuestador
Zuleta Puceiro.
Ese
parece ser el eje del próximo gran debate nacional.
Eficiencia
vs solidaridad.
Innovación
vs quietismo.
Marketing
vs Política.
Es
una discusión tan chiquita que atrasa.
Hay
alguien en el mundo que cuestione si los avances de la tecnología y la ciencia
son necesarios o perjudican?
Se
puede ser eficiente sin llegar del 20 por ciento de desocupación que tuvo
Cavallo?
Sí,
se puede, en la medida que el crecimiento económico permita ir transfiriendo
recursos humanos al sector privado, y el estado haga la reconversión que imperiosamente
necesita.
Ejemplo
1: En mi último viaje decidí probar el vuelo de Aerolíneas Argentinas directo Miami-
Córdoba. Bastante bien, a pesar de que
el avión no era nuevo. Solo maquillado.
Lo
que me sorprendió fue el regreso.
Mientras
hacía fila para llegar al mostrador, un
joven me interrogó con las conocidas preguntas de seguridad: hizo Ud. la
valija? Alguien le dio algo para llevar? Dejó la valija sola después que la
armó?
En
fin, lo de siempre.
Lo
insólito fue que cinco metros más adelante en la fila, otro joven me preguntó
lo mismo, y al llegar al primer lugar de la línea una chica me hizo las mismas
preguntas. Las mismas. Tres veces.
Todos
con impecables uniformes de Aerolíneas.
Podría
habérmelo preguntado la empleada del mostrador.
No
les pregunté si pertenecían a alguna agrupación política. No hacía falta.
Ejemplo
2: Durante décadas escuché las quejas de los jubilados que tenían que ir a la
comisaria a buscar un certificado de supervivencia para que los familiares
puedan cobrar sus haberes mensuales. No sé si todavía sigue siendo así.
Como
se resuelve eso en un país moderno y organizado?
Fácil.
Cuándo
se muere el abuelito, nadie lo sepulta en el patio. Hay que pedir un
certificado de defunción para poder disponer de los restos.
Cruzando
la base de datos del Registro Civil con la del ANSES automáticamente se sabe si
el nono vive o no.
Así
de simple.
Claro. Para eso, es necesario que no se “caiga el
sistema”, y que los empleados estén capacitados para manejarlo y no tengan
crisis de abstinencia de criollitos a las 11 de la mañana.
El
problema es que si se aplica la calidad informática en el estado, en todos sus
niveles, la mitad de los empleados públicos está de más.
Ahí
es donde el sistema político deber armonizar la eficiencia productiva con la necesidad
social.
El
exceso en el asistencialismo llevó a la Argentina al lugar donde está. Tampoco
hay que dejar todo en manos del mercado.
No
es cierto que la libre oferta y demanda lo resuelve todo.
Aquí
estará el gran desafío para el nuevo presidente.
Ayudar
y exigir.
Promover
y controlar.
Lo
contrario sería, como decía Raúl Alfonsín, “el zorro libre en el gallinero
libre”
Santiago
Daniele
Periodista
y abuelo.
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