Thursday, August 15, 2013

Histerismo

Histerismo
La jugada le salió bien. Navegó en la ambigüedad todo lo que pudo para no perder votos peronistas y al mismo tiempo cosechar votos descontentos. Hoy se sabe que fueron más los descontentos que los históricos.  El gobierno le hizo además el gran favor de elegirlo como adversario.
Sergio Massa va a endurecer su discurso anti K, sobre todo después de octubre, porque sabe que la furia presidencial viene por él.
Jura y  perjura que no piensa en el 2015, pero tiene ya a cuatro economistas trabajando: Lavagna, Redrado, Peirano y Delgado.
 Antonio Diprieto, el fiscal italiano que desarrolló el Operativo anticorrupción Mani Pulite (Manos Limpias) en la Italia de los 90 también se sumó a sus filas como asesor. No sería de extrañar que pronto aparezca junto a Rudolph Giuliani, el ex alcalde Nueva York que implementó el programa Zero Tolerance (Tolerancia Cero) para los delincuentes.
Economía, Corrupción  y Seguridad. Tres ejes que el propio Massa marcó esta semana como sus prioridades. Quién puede estar en desacuerdo.
Cuando dijo:”a cada ataque responderemos con una propuesta” desnudó una estrategia que, de cumplirla, lo va a ir posicionando en la carrera presidencial antes que en el rol combativo de una banca opositora en diputados.
Ahora viene el histerismo, la batalla y el coqueteo simultáneos con Macri, con De Narváez y con el sindicalismo, para ver como terminan repartiendo en el 2015, mientras De la Sota trata de no quedar fuera de la foto.
El “gallego” volverá a vivir el drama de comprobar que Dios sigue atendiendo en Buenos Aires.
En la vereda de enfrente, podría estar asomando una opción interesante de centro izquierda, que con más precisión deberíamos definir como “social democracia” al estilo europeo, que contenga al radicalismo, al socialismo en todas sus versiones, y algunas agrupaciones menores cuyos principios no son muy diferentes.
Tendrán sus dirigentes la grandeza histórica de poner a la República por encima de sus intereses personales? Hasta ahora demostraron que no.
Por de pronto, los otros dos grandes ganadores del domingo fueron Binner y Cobos, pero la relación entre ellos es pésima. No es  un buen augurio.
Más allá del fárrago de nombres, números y promesas vacías, el domingo la ciudadanía mostró algo muy importante: la absoluta orfandad política en que se sienten numerosos sectores; la falta de líderes que despierten entusiasmo, credibilidad y sobretodo, esperanza.
La gente votó por el que creían menos malo, no por el mejor.
Algo de eso dijo Carrió, una mujer que habla demasiado y por eso a veces queda pedaleando en el aire, cuando mencionó la necesidad de un renacer como en los 80.
Finalmente, en el post del 20 de junio me preguntaba si Kristina sería capaz de asumir la derrota con grandeza, como hizo Felipe González en la España de 1993.

Que inocencia la mía. Dijo que habían ganado en Base Marambio.

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